20 octubre 2009

La mentira como arma de dominación.

¿Que sentirías si de repente te das cuenta que todo lo que creías es mentira, que todo lo que crees saber, lo que siempre fue una verdad sin segundas opiniones no es mas que patrañas inventadas por algunos para manipular al mundo y dominarlo bajo su yugo vil y desprejuiciado?
Como es sabido, y esto no es un secreto, el sentir popular, hoy día, es manejado a gusto y placer por los medios de comunicación; de los cuales creo el más poderoso la televisión.
Es por eso que en todas las épocas los grandes líderes siempre se preocuparon por que los medios respondieran exclusivamente a ellos. No por un egocentrismo supremo de querer las cámaras o los periódicos siempre pendientes de ellos; sino que dominando la información se puede mantener a un pueblo dócil y creído de lo que se quiere hacerlo creer.
Al menos eso funciona por algún tiempo.
Cuando ya la mierda sobrepasa los limites y el olor impide disimularla por mas tiempo, todo se desmorona como débiles y enclenques castillos de arena cuando las olas con su ímpetu imparable los acomete como una falange hoplita a la carrera, estos se derrumban.
Me imagino un personaje de la historia, vapuleado por demás, ofendido, agredido, falseado, abusado, corrompida su imagen hasta mas no poder. ¿Por qué?, por poder, por intereses, por rapiñar un pedazo de tierra y llamarlo país o estado, da lo mismo, de todas maneras es algo que nunca va a ser.
Las patrias no se forman con conceptos abstractos y demagógicos, se construyen con sangre, amor, honor y total abnegación por el suelo nativo. Cosas que los dueños de la mentira nunca tuvieron.
Desde esa ridícula historia de traición y deshonra del pequeño cobarde derribando a traición a un glorioso guerrero a la distancia y quebrantando todo código de honorabilidad caballeresca, hasta nuestros días, su mentira esta construida con la indecencia y la podredumbre de la maldad, de la hostilidad hacia los que, gracias a Dios, no somos de su maldita estirpe.
En algún momento de la realidad virtual que la gran mayoría vive, una fisura se va a crear, y por esa fisura, al principio solo como una ridícula incógnita se va a filtrar la verdad. Y una vez que esa verdad sea conocida por la mayoría, nada ni nadie va a poder salvar a esas ratas de la venganza de los hijos del Lobo.

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