30 enero 2009

Estadisticas sobre la mujer

Estas estadísticas fueron evaluadas y corroboradas en muchas oportunidades, es más que probable que la gran mayoría haya llegado a la misma conclusión:
Por ejemplo, ¿se han fijado que las mujeres que poseen una abundante delantera, glándulas mamarias, pechos, senos, o simplemente tetas, carecen de semejante cualidad en sus confines traseros?
O porque las mujeres viciosas por el sexo oral son reacias a entregar el muy pretendido y bien ponderado orificio posterior alojado entre las nalgas y las cochinas que gustan de la penetración antinatura por lo general reniegan del sabor del miembro viril masculino?
¿Se han fijado que las mujeres a las cuales les gusta cocinar, no les agrada coser la ropa y viceversa? – vale aclarar que seguramente hay ciertas mujeres sueltas de escrúpulos que les viene bien todo, pero es mas que seguro que secretamente hagan con desagrado alguna de estas actividades si es que son afines a la otra.
El tema del sexo oral y anal puede tener su origen en la niñez, en la etapa oral u anal, dependiendo donde el espécimen femenino tenga su situación no resuelta.
Realmente es de estudiar estas polaridades contradictorias en el comportamiento sexual y/o diario del sujeto de analisis.
Propongo estas clases de estudios y seguimientos científicos para el mayor entendimiento y comprensión de la mujer.

27 enero 2009

La felicidad en un rayo policromatico

Cansado de mirar hacia atrás, de escapar siempre de todo lugar, de sentir la mirada acechante de la bestia acosándome; dejo, por un solo momento divagar a mi cerebro con actividades desconocidas hasta entonces para mi. La paz casi logra llegar a mi agarrotada conciencia que como por acto instintivo rechaza ese sentimiento haciendo sonar la alarma general a las restantes terminales eléctricas de mi sistema nervioso que pronto deja ya de parlotear cosas sin sentido y vuelve a su habitual estado de alteración.
La tormenta resuena a lo lejos, trayéndome con sus roncos alaridos la fatiga de tener que ponerme nuevamente en marcha. Cosas sin sentido rugen a mi lado, como leones sin amaestrar que ansían enfrentar al fanático domador, con ínfulas de zoólogo, equipado de silla y látigo, para devorar lentamente y sin pausa su hueca estancia del alma.
Entonces, sin quererlo, un rayo policromático escapa de mi ojo, justo el ojo que se niega ver la realidad, el otro aun deja, por momentos, de cifrar mis percepciones dejándome ver lo que me rodea; tanto es así, que de las paredes aterciopeladas de mi confortable estancia sonrisas agradecidas se extienden sobre mi.