Sigo en mi etapa fotográfica, ahora con unas curiosidades del mundo del fondo, pero no fondo, sino el fondo MÁS fondo del océano. Son unos peces, algunos de ellos, los otros ni se que son; hasta a algunos los veo bastante parecidos a mi suegra, a otros los veo tan pero tan feos que me hacen recordar un placido paseo por el barrio porteño de Once, y quien conoce sabrá entender porque.
Pensar que estos bichos despreciables puedan llegar a estar en el fondo de mi pelopincho hace que se me ponga la piel de gallina!, (hablo de los bichos del Once, claro).
Me imagino viviendo en la oscuridad total, como el ayudante del Zorro, Bernardo…ah, no, perdón, ese era mudo, no ciego, en fin, a lo que iba, me imagino a miles de millones de kilómetros en la profundidad mas profunda e inalcanzable del océano salvaje, plagado de vegetación espesa y abultada, espesas nubes de mosquitos queriendo picar lo que se les cruce, depredadores implacables como el tatu carreta o el tero de mar acechando detrás de cualquier esquina para saltarnos encima con su bestial alarido de muñeca made in china. Por todo esto me imagino que alguien que se digne vivir allí; ya sea por necesidad, por gusto, o porque simplemente no le queda otra, debe estar bien preparado, y por lo menos debe de ser lo bastante feo como para que algún vecino con el ragu inflamado no quiera morfarselo en la primera de cambio.
Pensar que estos bichos despreciables puedan llegar a estar en el fondo de mi pelopincho hace que se me ponga la piel de gallina!, (hablo de los bichos del Once, claro).
Me imagino viviendo en la oscuridad total, como el ayudante del Zorro, Bernardo…ah, no, perdón, ese era mudo, no ciego, en fin, a lo que iba, me imagino a miles de millones de kilómetros en la profundidad mas profunda e inalcanzable del océano salvaje, plagado de vegetación espesa y abultada, espesas nubes de mosquitos queriendo picar lo que se les cruce, depredadores implacables como el tatu carreta o el tero de mar acechando detrás de cualquier esquina para saltarnos encima con su bestial alarido de muñeca made in china. Por todo esto me imagino que alguien que se digne vivir allí; ya sea por necesidad, por gusto, o porque simplemente no le queda otra, debe estar bien preparado, y por lo menos debe de ser lo bastante feo como para que algún vecino con el ragu inflamado no quiera morfarselo en la primera de cambio.
Ya podemos comprobar todo esto con nuestros presidentes, que, valga la comparación, son mas feos que pisar mierda descalzo, mas todo ese halo de mística fealdad encierra un motivo; ese mismo! El no caer como tontas presas de cualquier depredador con hambre, y tomemos como ejemplo al Néstor Kichener, feo por demás si se quiere, en una escala del uno al diez el seria el 11, y ni hablar de nuestra querida presidenta o minita que gracias al pete descontrolado llego al poder, otra fulera entre fuleros. Y si nos retrotraemos hacia el pasado reciente recordaremos al muy afamado y extrañado Carlos Saúl Méndez, ese si que era un mono con traje y corbata.
Sin mas rodeos quiero presentarles algunos de los habitantes del mundo, inhóspito e inalcanzable, de las profundidades del mar. Yo solo tome estas fotos con una Polaroid instantánea, así que felicítenme.
Sin mas rodeos quiero presentarles algunos de los habitantes del mundo, inhóspito e inalcanzable, de las profundidades del mar. Yo solo tome estas fotos con una Polaroid instantánea, así que felicítenme.
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