13 julio 2008

Sin dudas Dios esta mas cerca del suelo que del cielo

En los hospitales públicos uno se encuentra con todo tipo de cosas y situaciones, por algunos serios motivos me vi en la obligación de concurrir, (ya por segunda vez), a uno de estos nosocomios a oficiar de guardián inexperto en enfermería de un enfermo, valga la incongruencia, la cuestión es que sacando los malandras que van, o mejor dicho, son llevados con cadenas a sanar las heridas de las balaceras de algún que otro enfrentamiento con la ley, de la gente mas insolente y repudiable que pueda existir, y los muchísimos engendros impresentables que no deberían de existir, hay, también conviviendo por entre los pabellones de ese, otrora monumento al hospital publico, gente normal, o mejor dicho, gente, ya que los antes mencionados no dan con esa categoría, que no tienen mas remedio que atenderse en ese lugar… bueno, ya se hizo muy largo el prologo, la cuestión que el compañero de habitación que nos toco, es un, amigo, porque ya es un amigo, con un pasado bastante similar al de cualquier otro; casado en primeras nupcias, tiene tres hijos, la mujer lo deja por otro (ella era profesora de ingles), y se pierde para siempre llevándose a sus tres hijos. Sigue su vida, conoce otra mujer, se junta, tiene nuevamente tres hijos, la mujer se muere y queda solo con sus nuevos hijos; hasta allí una historia mas, ahora bien, los hijos, no se porque motivo no le prestan atención, él, gran fumador, le cortan una pierna por ese vicio, y allí el abandono es total por parte de su progenie, lo dejan tirado en una pieza y ni siquiera lo alimentan; el mas grande es “coiffeur” una forma elegante que encontraron los maricones para no decir que son peluqueros, el segundo se hace pastor evangelista…si, pastor evangelista, hubiera sido menos nocivo si se hacia, no se, pastor alemán, por ejemplo, pero en fin, un pastor evangelista es un ladrón que no tiene los cojones para empuñar un arma y robar a punta de pistola, entonces toma una Biblia y roba a punta de escritura, como quien dice, y la niña, bueno de la niña no digo nada porque no quiero que me tilden de machista. Un día, como este amigo me dijo, su nombre es Julio, Julito para mi; “abrí una ventana y me fui, así como estaba, desnudo y saltando en una pata, y sabes que, ahí fui feliz porque ahí fui libre…” así que, así como estaba se rajo de la casa y anduvo de linyera algún tiempo hasta que vaya a saber quien lo lleva al hospital en un cuadro muy grave de desnutrición.
Julito escribe cuentos, muy buenos, voy a ver si le pido alguno para subir a este blog. Me contó además que desde chico se le viene apareciendo un ángel que le dice cosas ( no me dijo que), además fanfarronea con tener el don de adivino. El otro día apareció la psiquiatra del hospital, lo trato como a un colifato, y le dijo cosas que le llevaron muchos años de profundo estudio para analizar pero que uno en la calle lo aprende en unos minutos, pero bueno, así son los universitarios, tardan años de estudio en aprender lo que la vida enseña a los golpes en un ratito.
Julito no se quiere curar, porque sabe que si se cura se va a tener que ir del hospital; ¿pero donde?, ¿Dónde se va a ir si no tiene donde?
Hay muchos Julitos dando vueltas por la vida, unos van, otros vienen, y otros nunca se animan a abrir esa ventana hacia la libertad y quedan por toda la vida presos de sus realidades. Tendría que haber un lugar donde todos los Julitos, los que algunas vez fuimos un Julito y los que ya lo van a ser, puedan vivir esa libertad sin necesidad de abrir ninguna ventana.

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