24 agosto 2010

Soy chauvinista, ¿y que?

Haciendo la salvedad, que, obviamente no comparto este concepto tirado de los pelos por la sinarquia internacional que ve con malos ojos los nacionalismos exacerbados. Más allá de eso, no niego que yo considero ser etnocentrista y veo a mi Patria la mejor patria del mundo.

El chovinismo o chauvinismo (adaptación del apellido del patriota francés Nicolas Chauvin, un personaje histórico condecorado en las guerras napoleónicas), también conocido coloquialmente como patrioterismo, es la creencia narcisista próxima a la paranoia y la mitomanía de que lo propio del país, o región, al que uno pertenece es lo mejor en cualquier aspecto. El nombre proviene de la comedia La cocarde tricolore de los hermanos Cogniard, en donde un actor, con el nombre de Chauvin, personifica un patriotismo exagerado. Hannah Arendt lo describe así:

El chauvinismo es un producto casi natural del concepto de Nación en la medida en que proviene directamente de la vieja idea de la "misión nacional"... La misión nacional podría ser interpretada con precisión como la traída de luz a otros pueblos menos afortunados que, por cualquier razón, milagrosamente han sido abandonados por la historia sin una misión nacional. Mientras este concepto de chauvinismo no se desarrolló en la ideología y permaneció en el reino bastante vago del orgullo nacional o incluso nacionalista, con frecuencia causó un alto sentido de responsabilidad por el bienestar de los pueblos atrasados.

"Imperialism, Nationalism, Chauvinism", en The Review of Politics 7.4, (Octubre de 1945), p. 457

El chauvinismo resulta un razonamiento falso o paralógico, una falacia de tipo etnocéntrico o de ídola fori. En retórica, pues, constituye uno de los argumentos falsos llamados ad hominem que sirven para persuadir con sentimientos en vez de con razones a quienes se convencen más con aquéllos que con éstas, y como tal se utilizó frecuentemente por parte de los políticos para persuadir a las masas. Nació fundamentalmente con la creencia del romanticismo en los "caracteres nacionales" o volkgeist, si bien los griegos ya se burlaban de quienes pretendían que la luna de Atenas era mejor que la de Éfeso; psicológicamente, sin embargo, se trata de un sistema delirante que esconde un sentimiento neurótico de inferioridad en forma paranoica (en su manifestación de delirio de grandeza) muy asentado en la naturaleza humana. Suele considerarse como una señal de nacionalismo y como tal suele acompañarse de la manía persecutoria de echar la culpa siempre a otros países, regiones, pueblos o razas de los males propios. Erich Fromm, León Poliakov y Jon Juaristi han estudiado las manifestaciones más perversas y peligrosas del chauvinismo, que pueden estar asociadas a ideologías totalitarias, xenófobas, racistas y sexistas.

1 comentario:

Le Revenant dijo...

Zeig Hail, camarada Almogavar, como ya sabes, para mí es un gusto leer este honesto, sincero y radical espacio que diriges.

Solo me queda decir que me da gusto que seas orgullosamente un Chauvinista, que ames lo que tu crees es lo mejor de este planeta, tu país, que a pesar de los parásitos que cada vez se extienden más, sientas la fuerza inclemente e intolerante de sentir y saber que tu nación, tu suelo, tu cultura y tu historia, son gloriosas y dignas de veneración.

Saludo eso, estimado camarada, tenemos sentimientos mutuos de Chauvinismo, a la mierda si otros nos ven como desfados, que se jodan ellos y punto..

Zeig Hail!!