
Las cigarras aturden los sentidos con su monótono zumbido, dejando el cerebro del joven Wilson embotado y entusiasmado con la huida. La sangre se arremolina en su interior haciéndole sangrar la nariz, no importa, su nariz acostumbra jugarle estas imprudencias, mas cuando esta solo sin su madre que lo socorra. Se pelo las rodillas cuando trataba de bailar breack dance, para congraciarse con los demás chicos del barrio, aunque su abultado abdomen solo hicieron que los espectadores se burlaran de el; no entienden que el joven Wilson es muy sensible, muy especial.
Sentado solo en la vereda de su casa, piensa en cual seria la mejor manera de asesinar a sus vecinos. Wilson sueña con ser libre, con sobrevivir a una hecatombe nuclear, Wilson sueña con despertar un día y descubrirse un Gilgamesh; un conde de Saint Germain; Wilson se despierta por la mañana sintiéndose especial, tan especial como su madre le repite en todo momento que es.
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